ALBA LUCIA CASTRO
El sistema Nervioso está compuesto por el encéfalo, (en el cráneo) la médula espinal columna vertebral) y la red de nervios que se distribuyen por todo el cuerpo de manera similar al sistema circulatorio. Sus células específicas se llaman neuronas. Es un sistema excesivamente complejo. La ciencia que lo estudia se llama neurología.
El sistema Nervioso está compuesto por el encéfalo, (en el cráneo) la médula espinal columna vertebral) y la red de nervios que se distribuyen por todo el cuerpo de manera similar al sistema circulatorio. Sus células específicas se llaman neuronas. Es un sistema excesivamente complejo. La ciencia que lo estudia se llama neurología.
La terminología utilizada en este escrito, es poco técnica y sencilla porque se busca que sea comprensible para cualquier lector.
Cuando el bebé nace tiene el 75% del cerebro formado y a los 25 años se completa su desarrollo. Las neuronas no se regeneran de la misma manera que las del resto del cuerpo, sino que se mueren y otras entran a sustituirlas, pero cuando hay lesiones en grupos grandes de neuronas, la función que desempeñan se afecta.
El cerebro es la “torre de control” del ser humano, allí convergen y coordinan sus funciones tres grandes redes de nervios, la red autónoma, que es la encargada de que órganos como los del sistema digestivo, respiratorio, urinario, endocrino y circulatorio, funcionen automáticamente.
La otra red, sensorial, capta información de lo que pasa dentro del cuerpo y en el exterior, para llevarlo al centro del cerebro (hipocampo). Allí esa información se clasifica y se envía al grupo de neuronas que debe procesarla; de este modo la persona puede sentir y pensar. Y una tercera red, la motora, hace -lo que a través del cerebro- decide la persona.
Es decir en el cerebro se realizan los procesos mentales: percepción, atención, memoria, comprensión, análisis, síntesis y funciones ejecutivas como el autocontrol, la toma de decisiones, planeación, organización y ejecución de planes, en fin, todo lo que el ser humano necesita para adaptarse al mundo y ser dueño de su propia vida.
Cualquier lesión dependiendo de la causa, ubicación y extensión, puede generar disfunción en la percepción, atención, memoria, lenguaje, capacidad de comprensión, toma de decisiones y el comportamiento. También puede afectar el funcionamiento de órganos y el sistema óseo-muscular.
El cerebro se puede afectar por traumatismos, (golpes, balas) por virus como el de la rabia, poliomelitis y herpes simple; por bacterias cuando no se tratan a tiempo, como la sífilis; por hongos y por parásitos como el de la malaria, amebas y el cisticerco (del cerdo).
También por falta de vitaminas, minerales y oligoelementos; por toxinas como las generadas por consumo del alcohol y drogas; por el mal funcionamiento del órganos, y glándulas endocrinas y por enfermedades degenerativas e inmunológicas.
Si su hijo o alguien presenta permanentes dificultades de aprendizaje o con frecuencia le falta autocontrol y coherencia para comportarse adecuadamente, ¡no lo castigue ni lo critique! Entre el médico, psicólogo y neurólogo, podrán indicarle el tratamiento adecuado.
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