sábado, 18 de octubre de 2008

ALZHEIMER, MORIR LENTAMENTE...


ALBA LUCIA CASTRO

El alzheimer es un tipo de demencia por degeneración de las neuronas, que Inicia en el lóbulo temporal y se va extendiendo al hipocampo y a la corteza cerebral progresivamente; por lo cual afecta la atención, memoria, lenguaje, pensamiento, motricidad y la capacidad para asumir decisiones, tareas cotidianas y la conducta.


Generalmente se inicia después de los 50 años, la velocidad de progresión es diferente para cada persona. Se desconocen las causas exactas, pero se sabe que la es hereditaria y que tiene relación con algunos cromosomas y genes.

No tiene cura. Algunos fármacos, productos naturales, homeopáticos y bioenergéticos solo alivian malestares o retardan el proceso.

Probablemente contribuyan afecciones como presión arterial alta por mucho tiempo, traumatismo craneal, tumores, hidrocefalias, infecciones que hayan afectado el cerebro y tienen más disposición para adquirirla quienes padecen Síndrome De Down o Diabetes Mellitus y las mujeres.

En el envejecimiento normal se empieza a perder agilidad y resistencia física, con frecuencia se olvida donde deja las cosas, sucesos recientes y nombres de personas. Es probable que haya cambios de estado de ánimo y tendencia a la depresión.

En el alzheimer, las personas presentan estos síntomas de manera más drástica y rápida. Al comienzo, algunos días están lúcidos y muy hábiles, pero otros parecen ausentes, se comportan como niños malcriados, dicen cosas impertinentes y no recuerdan que acaban de desayunar por eso vuelven a pedir el desayuno.

En la segunda etapa, se dan cuenta que algo pasa en ellos, se sienten inseguros y confundidos, por eso se angustian, se vuelven paranóicos y hasta agresivos. Se pierden en rutas muy conocidas, confunden personas, no son capaces de hacer cosas que hacían, confunden los billetes y cometen errores matemáticos simples. No recuerdan algunos sucesos ni personas.

En la última etapa, pierden el control de esfínteres, no reconocen la familia, deliran, casi no hablan, repiten las ultimas palabras que escuchan pero no comprenden lo que les dicen ni lo que sucede a su alrededor. Se les dificulta caminar, pierden el equilibrio, se tropiezan con todo, hacen movimientos repetitivos, les cuesta cambiar de posición, prefieren estar acostados y aislados.

Se pierden incluso dentro de la misma casa. Los recuerdos y delirios generalmente son de sucesos o personas de su infancia que les han impactado. Tienen desorden en el sueño, dificultades para bañarse, vestirse, arreglarse y comer porque no saben como hacerlo ni su motricidad se lo permite.

Es duro nacer, crecer, producir y luego degenerarse lentamente y finalmente morir quizás por neumonía o infecciones urinarias. Pero esa es la vida y recuerde que es hereditario. ¿El remedio? Amor, comprensión, paciencia, ternura y atención profesional oportuna, pues aunque no entienda si percibe y siente el afecto o el rechazo
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